EL PAPEL QUE DESEMPEÑAN LOS PADRES

El papel de los padres resulta imprescindible para la recuperación del niño hiperactivo. Los padres representan la fuente de seguridad, los modelos a seguir, el reflejo mismo de lo que los hijos sienten que son, la base fundamental sobre la que construyen su propia escala de valores y el concepto de disciplina y autoridad.
De los padres depende en gran medida la mejor o peor evolución de la sintomatología que presenta el niño desatento y/o hiperactivo.

Un niño hiperactivo necesita:

1. Una familia con unas normas claras y bien definidas.
2. Que representen una exigencia adaptada a la medida de sus posibilidades.
3. Un ambiente ordenado y organizado.
4. Sereno, relajante y cálido.
5. Que le anima y contenga sin una sobreprotección excesiva.
6. Que le ayude a situarse y organizarse.
7. Pero sin dejarse manipular por sus caprichos.
8. Manteniendo los límites educativos de forma racional, estable e inamovible.
9. Que le ayude a encarar los problemas y a encontrarles una solución sin encubrir necesariamente sus faltas.

Para cumplir bien el papel que les corresponde, los padres necesitan:

1. Un diagnóstico temprano de la situación en la que se encuentra su hijo/a
2. Información clara de qué es el Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.
3. Información sobre el grado de afectación de su hijo.
4. Tener presente que el problema tiene solución, pero que, de no tomar las medidas oportunas, irá creciendo en los próximos años.
5. Disponer del asesoramiento adecuado sobre aspectos educativos generales.
6. Recibir instrucción directa sobre el tratamiento general del niño y específica sobre pautas de actuación en casa.

LA PREGUNTA ES: ¿QUE ESTA EN SUS MANOS?

1. Coordinar el intercambio de información entre profesionales de la salud (neurólogo, psicólogo...) y el profesor del aula.
2. Proveer de un ambiente familiar estructurado.
3. No activar al niño con su comportamiento.
4. Poner límites educativos correctos, adecuado a la capacidad del niño.
5. Crear buenos hábitos de estudio.
6. Modelar conductas reflexivas.
7. Reforzar su autoestima.
8. Generalizar la utilización de autoinstrucciones.
9. Favorecer el contacto controlado con otros niños.